Al observador atento, su entorno le ofrece una infinidad de encantos que pasan desapercibidos para los demás. La mirada y el silencio son uno de los canales de comunicación más profundos con el que muchas veces llegamos a entendernos perfectamente. Besos.
Al observador atento, su entorno le ofrece una infinidad de encantos que pasan desapercibidos para los demás. La mirada y el silencio son uno de los canales de comunicación más profundos con el que muchas veces llegamos a entendernos perfectamente.
ResponderEliminarBesos.