Capirotada, carrasqueña, mirlona,
cabecinegra, mosquitera, rabilarga, tomillera, zarcera…..son algunas de las
currucas que tenemos en la Península Ibérica, hoy nos fijamos en la cabecinegra
(Sylvia melanocephala) un pequeño y
gracioso pajarillo del orden de los passeriformes (como jilgueros, pinzones,
carboneros, herrerillos…una amplísima variedad de aves).
Nuestro protagonista se
caracteriza por un oscuro capirote que les llega hasta debajo del ojo, los
machos presentan las partes superiores de color grisáceo, en contraste con las
inferiores más pálidos; las hembras son más parduzcas en el dorso con las zonas
ventrales de color más pálido y cabeza grisácea; los dos sexos tienen el anillo
ocular rojizo, las patas claras (anaranjadas en los machos) y las plumas
externas de la cola blancas. Su longitud rondan los 14cm y la envergadura los
15-18cm. Tienen un canto muy sonoro, constituido por una sucesión de estrofas
cortas, traqueteantes y rápidas, con notas ásperas y estridentes: su canto
La mayor parte de las poblaciones
que tenemos en España son sedentarias, si bien se han detectado algún
movimiento migratorio en invierno hacia el sur de la Península y norte de África
y es que esta curruca resulta muy sensible a las olas de frío.
Está ampliamente distribuida por
la mitad sur de la península, Baleares y Canarias, también la podemos encontrar
en el valle del Ebro hasta el País Vasco y noreste de Castilla y León, siendo
poco frecuente en toda la franja norte con poblaciones discontinuas desde los
Pirineos hasta el litoral gallego. No se trata de una especie amenazada en
España, aumentando su población en las últimas décadas, quizá por la expansión
del matorral como consecuencia del abandono del campo y de efecto de los
incendios.
Fotos realizadas en San Agustín de Guadalix (Madrid) y Urueñas (Segovia)
¡Qué bonita la Cabezinegra! Yo hasta ahora no he conseguido fotografiarla.
ResponderEliminarLas fotos me parecen geniales, con un buen fondo y muy bien enfocadas. La que más me gusta con diferencia es la tercera: el posadero delgado y equilibrado respecto al ave y su propia pose, la hacen sencillamente perfecta. La última también me gusta, pues muestra al ave en su espacio natural, quizás la única pega que la pongo sean los blancos del pecho, un pelin pasados, bueno por ponerte alguna pega.
Un saludo Javier, has conseguido que me entre el mono de… volver a las andadas, que lo tengo un poco olvidado.