Forman ya parte de nuestro
paisaje, su característica figura con sus cuatro patas ancladas al suelo con
zapatos de hormigón y sus brazos de acero sujetando los cables alineados
durante cientos y cientos de kilómetros, parecen escudriñar el horizonte, en su
recorrido por la geografía de la piel de toro, salvan todos los obstáculos
naturales, ríos, montañas o amplias llanuras no son impedimentos en sus
recorridos.
Controvertidos en su proyecto y
construcción por los territorios por donde pasan, son objeto de polémica sobre
su impacto en el medio ambiente, posibles perjuicios sobre la salud o las
muertes que provocan en las grandes aves.
Pero con el paso del tiempo estas
polémicas sobre los tendidos eléctricos van desapareciendo hasta quedar
integrados en nuestras vidas, en nuestros paisajes, ya las miras como el que ve
un árbol o una roca….o como mira la vaca pasar al tren….tratemos de buscar algo
de belleza a estos gigantes a través de la fotografía.
Cualquiera que los viera por primera vez, bien podría pensar que son seres de otro planeta que vienen con no muy buenas intenciones.
ResponderEliminarUnas fotos muy curradas.
Un saludo.
Pues de un tema bien difícil, has conseguido unas fotos muy interesantes Javier. Buen reportaje fotográfico. Me gusta.
ResponderEliminarUn abrazo.
Félix Gil
Tendemos a pensar que casi todo lo que hay a nuestra vista está para favorecernos o fastidiarnos a nosotros,como individuo, como grupo o como especie. Nosotros no hacemos mucho más que correr de acá para allá tratando de seguir el ritmo de nuevas tecnologías o huir de sus peligros, que a veces nos resulta inquietante, indeseable.
ResponderEliminarMirándolas detenidamente, sin prisas.... las termino viendo como un fantástico conjunto de figuras geómetricas, con una simetría espectacular en cada una de las perpectivas que nos muestras. Me gusta la del tríptico, asemeja la energía que ellas procesan. Un abrazo.