Volvemos al Parque
del Buen Retiro de Madrid, cuando paseas por sus calles y caminos entre un buen
número de especies arbóreas y arbustivas que le da ese magnífico ambiente sea
cual sea la estación, te sueles encontrar con paseantes y deportistas, con
multitud de turistas de toda raza y condición, chiquillos en sus columpios y
mayores sentados en los bancos en animada charla o interesante lectura, aprovechando
el sol de este invierno que parece no querer irse; te sueles encontrar con
fuentes, monumentos, estatuas con toda la corte de reyes españoles, hasta
“palacios de cristal” y montañas artificiales…pero cuál es mi sorpresa cuando
en uno de esos paseos me encuentro con unas ruinas….románicas!!!, en pleno
corazón de Madrid….!!!
Pues sí, en una de
las esquinas del Parque del Retiro, en la entrada situada entre la calle de
O’Donnell y la avenida Menéndez Pelayo, al pie de la Montaña Artificial y
frente a un coqueto estanque en cuyo
centro se sitúa la Casita del Pescador nos llevamos la sorpresa de toparnos con
unas ruinas románicas, con su portada arquivoltada de medio punto, sus columnas rematadas con
capiteles y su ábside.
El contraste visual
es tremendo piedras románicas llenas de historia mezclados con el hormigón de
la cercana torre de Valencia, la música sacra que hace siglos se oiría entre
sus paredes ahora es sustituida por el ruido de los motores de los coches de
las calles cercanas, amortiguados por el canto de alguno de los muchos pájaros
del parque y el olor a incienso y cera quemada a desaparecido para dar paso al
menos agradable de los humos de los vehículos, ligeramente camuflado por los
aromas de las plantas que rodean a las ruinas.
Estamos frente a la
ermita de San Isidoro, bueno, de lo que queda de ella, que no es mucho, el
lugar original del templo se encuentra a 120km junto a las murallas de Ávila y
cercano al río Adaja, en un primer momento la iglesia estaba dedicada a San
Pelayo, allá entre los siglos XI y XII, en el año 1062 recibe los restos de San
Isidoro cuando era trasladado desde Sevilla a León, donde actualmente descansa,
y es desde ese momento cuando nuestra ermita pasa a llamarse de San Isidoro.
Tras la
desamortización de Mendizábal el templo entra en ruinas y es adquirido por Dº
Emilio Rotondo de Nicolau quien a su vez lo vende al Estado Español en 1884 trasladándola
frente a los jardines de lo que hoy es el Museo Arqueológico de Madrid, pero no
será esta aun su ubicación definitiva, doce años después el Ayuntamiento de
Madrid adquiere las ruinas y las traslada nuevamente al Parque del Buen Retiro,
en 1999 se restauraron sus ruinas, ruinas que forman parte del Patrimonio
Histórico de Madrid.
Se trata de una iglesia románica con
una única nave rematada en un ábside semicircular construido en mampostería de
piedra arenisca roja de Ávila.
Del ábside semicircular se conservan
dos de los tres paños, separados por
columnas rematadas con capiteles y con un vano arquivoltado en cada tramo.
La portada mantiene tres arquivoltas
planas de medio punto que se sostienen sobre dos pares de columnas.
Como curiosidad diremos que su
ubicación, debido a un fallo en su reubicación, no es correcta, los templos
románicos tienen la cabecera orientada al este mientras que esta lo tiene al
sur.
Dentro de la cantidad de elementos que hay, has sabido muy bien buscar la complementación de las líneas rectas de los edificios modernos y las curvas de las ruinas románicas con los distintos elementos naturales, como los troncos de los árboles.
ResponderEliminarUn gran trabajo donde se aprecia el entorno que lo rodea y la diferencia de estilos arquitectónicos.
Un saludo Javier.