miércoles, 6 de febrero de 2013

UN PAISAJE

apertura f/8, tiempo de exposición 1/250, iso 100, distancia focal 200mm

Cuando nos referimos a un paisaje en fotografía solemos referirnos a espacios amplios, normalmente de bellos entornos montañosos o marinos, amaneceres o atardeceres, usamos grandes angulares para tratar de abarcar lo máximo posible, queremos meter mucha información en la fotografía lo que en muchas ocasiones nos provoca confusión, sin saber muy bien que mirar.

Pero también se pude hacer otro tipo de paisajes, más detallistas, donde usaremos focales que nos compriman la escena, buscamos aislar parte del paisaje, buscar un detalle, una composición simple, con pocos elementos o donde otros elementos como líneas o colores adquieran el protagonismo.

Es el caso de la imagen que hoy os muestro, la foto la hice en Urueñas (Segovia), un amplio espacio donde predominan los terrenos de labor, por el mes de febrero estas tierras de cultivo se visten con diversas tonalidades, los verdes de las siembras ya realizadas y nacidas, los ocres de los barbechos o de las tierras preparadas para el girasol y los amarillos pálidos, casi blancos descoloridos por el paso del tiempo de las rastrojizas de la última siega que aun no han sido levantadas, estos diversos colores producen un mosaico a los que hay que añadir las líneas que forman las separaciones entre los cultivos, o las líneas diagonales de las roderas del tractor en la parte sembrada, líneas que tienen una gran importancia en la fotografía y que nos guían la vista a través de la imagen.

Las líneas pueden modificar drásticamente la forma en que percibimos una fotografía, así las líneas horizontales nos transmiten una sensación agradable, de tranquilidad, de estabilidad, restan dinamismo y dan sensación estática; la disposición horizontal de nuestros ojos hacen agradables las imágenes apaisadas, nuestra vista explora las imágenes más fácilmente de izquierda a derecha.

Las líneas verticales no son tan agradables para el ojo humano, una imagen donde predominen las verticales dan sensación de velocidad, se pueden interpretar como barreras, transmiten fuerza.

Por último las diagonales son las que aportan una mayor inestabilidad, mayor movimiento, dinamismo, las interpretamos como una posición antinatural, nuestro cerebro las tiende a transformar a horizontales o verticales.

Una pequeña curiosidad de este imagen es la hora en que la realicé, normalmente las mejores horas para fotografiar los paisajes suelen ser las primeras o las últimas horas del día, cuando la luz se dice que tiene mejor calidad por la disposición del sol, se producen sombras y le da volumen y contrastes a las imágenes, pues bien, esta fotografía la tomé a las 15:00, aunque es cierto que la luz en febrero no es la misma que la de agosto y que el cielo estaba cubierto por unas bellas nubes algodonosas que filtraban los rayos solares.

Con esta foto he conseguido dos pequeños reconocimientos en sendos concursos, una Mención en la I Edición del Concurso Naturforo 2012 que, entre otros, lleva mi admirado Carlos Dorado y un puesto en la final del prestigioso Memorial María Luisa en su edición número 23, ambos en la categaría de paisajes.

Saludos castellanos.

3 comentarios:

  1. Enhorabuena por los premios, sin duda la foto se los merece. Muy buena composición y combinación de colores. Me recuerda a algún cuadro de los llamados abstractos que he visto por ahí.
    Saludos

    ResponderEliminar
  2. Sin duda una imagen muy atrevida, que estéticamente y a nivel compositivo funciona muy bien. Esto demuestra la necesidad de aprender a mirar y porque ciertos lugares nos llaman más la atención que otros.
    Felicidades por haber llegado tan lejos con esta foto y por supuesto la clase de composición y el análisis que haces.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  3. Pictórica y moderna, muy moderna. Los pinceles de la naturaleza siempre derrochan maestría. Besos.

    ResponderEliminar